jueves, 24 de enero de 2013

Reto: Las 10 caras de Eros



© Mary Lockhart



Mientras navegaba por diferentes blogs que habían llamado mi atención, me cruce con este reto y pensé: “Es justo para mi”.
Obviamente se preguntaran la razón… o quizás no.
Pues, soy una fanatiquilla encubierta de este genero. Si revisas mi Papyre, encontraras varios títulos de esta temática, aunque es poco probable que me encuentres refregándoselo en la cara a alguien.
No me avergüenza mi gusto por la erótica, es mas, yo misma tengo escritas varias historias que calificarían en esa categoría. Por no mencionar que me encantan esas escenas tan ardientes que poco falta para que se incendie el libro. Pero sin tengo que ser sincera, me daría algo de calorcito tener que andar sentada en el colectivo leyendo una de estas novelas en papel.
Más que nada porque algunas tienen portadas más que sugestivas, y prefiero ahorrarme los comentarios mal intencionados de ciertos ciudadanos obtusos que se piensan que porque a una le gustan las novelas  eróticas tiene menos neuronas que una piedra. O incluso, que se piensan que una es una solterona frígida que esta tan hastiada de todo que solo encuentra algo de consuelo leyendo erótica, porque somos incapaces de conquistar a un hombre.
Leo para relajarme, y disfrutar no para terminar a los mamporros con l@s entrometidos de turno.

Por supuesto,  no nos olvidemos del “LDH”. ¿Qué quien es? Nuestro siempre presente compañero "Lector De Hombro".
Nada más y nada menos que el curioso que se sienta a tu lado en el transporte público, y en vez de preocuparse por sus asuntos, no deja de leer tu libro. Y por si fuera poco, se da el lujo de fruncirte el seño si resulta que cambias de pagina porque lees mas rápido que él/ ella.
Una ojeadita al libro, yo lo puedo entender. Todos lo hemos hecho alguna vez. Generalmente, soy mas participe de preguntarle directamente a la persona que esta leyendo y eso solo suele dar pie a charlas de lo más interesantes, en vez de importunarl@ con mis miradas de reojo. Pero que prácticamente se te cuelguen del hombro para leer.
Eso no.
Si tanto quieren leer, ¿Por qué no se traen un libro propio?

Se preguntaran la relación entre este y la erótica.
Bueno, el LDH es el típico que no te va a hacer ningún comentario pero que constantemente te dará miradas de reojo con una expresión muy particular en los ojos, hasta que te den ganas de golpearlo en la nariz con el libro. 
Vuelvo a lo mismo. Leo para relajarme, y disfrutar no para terminar a los mamporros con l@s entrometidos de turno.


Pero, superando estos mínimos obstáculos además de dos niños pequeños, un marido exigente y todos los deberes de una amada de casa, estoy decidida a salir victoriosa de este desafío.
A la brevedad subiré los títulos con los cuales planeo triunfar.

Cariños,
Mary Lockhart.










Mis Primeras Veces





© Mary Lockhart

Todas nosotras tenemos aquellas ocasiones memorables en que por primera vez hicimos algo. Al fin y al cabo, mas vale hacerlo que terminar arrepintiéndonos después por no haberlo hecho, ¿o no?

Mientras en mi mente daba vueltas la idea de crear un blog propio, aquellos momentos memorables relacionados con mis primeras veces en la escritura comenzaron a surgir de mis recuerdos.
Recuerdos, que por supuesto, me llevaron hasta primer grado y la dichosa historia de la hormiguita que me llevo toda una carilla porque la señorita no se decidía a dejar de hacer cosas para finalmente regresar a su casa (y créanlo o no, mi madre aun guarda esa historia como un preciado tesoro).
Este fue el momento exacto en que descubrí que, además de ser una consumada ratoncita de biblioteca, era una habida escritora. Aunque, tarde algunos años mas en finalmente decidirme a poner mis historias en papel.


¿Qué me hizo decidirme?

En mis primeros intentos, fue mi madre. Siempre dispuesta a comprarme anotadores y biromes, y lidiar con una pequeña escritora que cuando no tenía la nariz metida en un libro, la tenía metida detrás de alguna hoja rayada.
Luego, estuvieron mis amigas, que siempre sonrientes jamás se ofendían cuando perdían mi atención porque alguno de mis personajes exigía ser volcado al papel.
Pero lo que cambio mi vida para siempre ocurrió en unas vacaciones de verano en Atlántida, Uruguay. Como buena ratoncita, aquella primera noche de veraneo, no tarde en entrar a una de las tantas librerías de la calle principal, mientras mi padre me “hacia el aguante” y esperaba pacientemente afuera.
Me encontraba enterrada detrás de varias pilas de libros, buscando alguno que no tuviera cuando junto a la puerta de entrada, sobre el cuarto estante vi una portada rosada con letras doradas. Por Amor a Ti, de Catherine Coulter.
Pensaran que de inmediato me abalancé sobre el y amenacé de muerte a cualquier que siquiera amagase a intentar arrebatármelo.
Error.
Me le acerque con lentitud, como quien no quiere la cosa, y con mucho cuidado, lo gire para leer la contratapa. Y lo regrese a su lugar.
Tranquil@s. La historia sigue.


¿Qué paso después? 

Dos días de coqueteos, y visitar la librería todas las noches, hasta que mi madre finalmente viendo mi obvio deseo de tenerlo, me lo compro. No era que no lo quisiera al libro, sino, que jamás había leído una novela romántica y con doce añitos no me decidía a dar ese paso que sellaría mi destino para siempre.
Sobra decir que me devore el libro entero esa misma noche, y para cuando volvimos a Buenos Aires, mi bolso de viaje rebosaba de novelas románticas. Y mi anotador de ideas sobre historias para escribir.
Créanlo o no, aun las conservo a la gran mayoría de las novelas.  Aunque, cada cierto tiempo se ponen inquietas y comienzan a chistarme para que las saque de sus lugares privilegiados en mis bibliotecas y les haga unos mimos. Lo cual usualmente termina conmigo levantada hasta las 3 de la mañana leyéndolas.



De aquella noche ya han transcurrido 18 años, y mi pasión se mantiene intacta. Pero a medida que ese tiempo fue pasando, así fue cambiando mi deseo. Un deseo que comenzó con un susurro, hasta finalmente convertirse en una fuerte voz y clara: “Quiero ser escritora de novelas románticas”.
Much@s pensaran que es un capricho que surgió de un día para el otro, y yo les diré que están equivocad@s. El deseo y las historias siempre estuvieron, lo que faltaba era que yo me tuviera la suficiente confianza como para luchar por mi sueño.
Ahora, a pesar de las dudas y de los miedos, les doy la bienvenida a mi blog. El lugar donde espero dar a conocer mis obras y hacerme un lugar en ese mundo tan maravilloso de l@s escritor@s de novela romántica.

¡Muchas Gracias, y seas bienvenid@!

 Con cariño,
Mary Lockhart.